¿Le cuesta cada vez más aprobar un examen? ¿Te sientas a estudiar y no sabes por dónde empezar? Todas estas cosas seguro que juegan en tu contra cuando te preparas para hacer un examen.
Tranquilízate. Hay una solución. En este artículo te contamos diferentes opciones y consejos que puedes tener en cuenta antes de presentarte a este tipo de exámenes. De esta manera, te sentirás más cómodo y podrás aprobar todo lo que te propongas.
Continuando con el artículo, te daremos estos consejos imperdibles que necesitarás si quieres obtener un excelente en todas las pruebas que realices de ahora en adelante.
Simula el examen una y otra vez
Tienes que creer que estás haciendo el examen de verdad y en tiempo real. No vale engañarse a sí mismo haciendo trampas o teniendo a mano los textos de estudio. Repite este proceso tantas veces como sea necesario para llegar en las mejores condiciones.
Hazlo todo con la mayor concentración posible y tómate el tiempo que necesites, como si estuvieras haciendo el examen de verdad.
Revisa la hoja varias veces
La primera vez que recibas el test, aprovecha para hacer una lectura rápida e identificar las preguntas más fáciles. Si empiezas por ellas, verás que tu desempeño será más fluido. Después, continúa con las de dificultad media y, finalmente, empieza a esforzarte con las más difíciles.
Aprobar un examen: marcar el falso es la clave.
Cuando te encuentres haciendo esta primera lectura, ten a mano un rotulador y subraya toda la información que sea falsa. Esto te ayudará a no cometer errores y a resolver más rápido cuando llegues a esa pregunta, pues ya habrás resuelto la veracidad de la información.
Un tiempo específico asignado a cada pregunta
Divide todo el tiempo que tienes en el examen para poder atender a cada pregunta. Si puedes asignar un número concreto de minutos para cada una, mejor. Además, si tienes ese tiempo para dedicar, te sobrará espacio para repasar aquellas preguntas en las que tengas dudas.
Lee y filtra tus respuestas
En los exámenes tipo test, las respuestas pueden darte las pistas que necesitas para resolver el problema. Además, fíjate en todas las soluciones que da la pregunta en detalle. Muchas veces, las preguntas ofrecen trampas que pueden confundirte. Confirma primero que las verdaderas son verdaderas y las falsas son falsas.
No te quedes con la duda y vuelve a empezar.
Dedica poco tiempo a aquellas preguntas en las que no estés seguro de la respuesta. Puedes marcarlas primero y volver a ellas después, para optimizar todo lo que puedas.
Cuando falten 15 minutos, vuelve a empezar desde el principio. Revisa tus respuestas y asegúrate de que son correctas. Aprovecha para arriesgarte en las que tenías dudas y define todas las opciones. No dejes nada sin rellenar.
